Vistas de página en total

domingo, 14 de agosto de 2016

Otro día más

Me despierto por el sonido de las campanas, miro el reloj y ya son las 11 a.m. Me tumbo boca arriba y cierro de nuevo los ojos por un instante. Sueño en un mundo que no exista pobreza, ni hambre, ni enfermedades, sueño en un mundo perfecto. Pero abro los ojos y soy arrojada de nuevo a la realidad.
Tuve un rayo de esperanza por un instante pero corrí hacia el y desapareció como el sol en un día de tormenta. Voy caminando por la calle con un exceso de población y aún así me siento tan sola. Solo pienso en volver a cerrar los ojos y soñar sobre ese mundo perfecto, pero mis sueños se convierten en pesadillas en instantes. Aunque prefiero las pesadillas de mis sueños a las de la realidad. Sentada en el sofá deambulo sobre mis pensamientos, ya son las 12:40 p.m y la motivación es inexistente para hacer cualquier cosa.
Mi dolor generalizado aumenta por momentos y eso me irrita, no soporto más esta situación pero a mi pesar no me queda otra solución. Sigo deambulando sobre mis pensamientos donde se habrá metido ese rayo de esperanza que tanto anhelo. Veo como mis gatos juegan y me gustaría ser uno más de ellos, olvidarme de los problemas y las penas por un segundo. Más bien no olvidar pero si distraer una mente curiosa.
Vivo en un pueblo muy ruidoso si no son los vecinos gritando por en medio la calle es el pesado del cura tocando las campanas cada dos por tres y me pregunto ¿por que no se toca algo que yo me se y nos deja en paz? He llegado a la conclusión que tiene una app en el móvil y cuando se aburre pulsa las campanas. Me aterroriza pensar en mañana cuando aún no he acabado el día de hoy, cómo van a entender terceras personas lo que siento si ni yo misma me aclaro con ello.
Me tumbo en el sofá medio muerta cuando solo he podido fregar el comedor... Simplemente horrible.
Siento tal dolor en las rodillas que imagino que en el momento más inesperado se me van a salir, que es lo que estaré haciendo mal para que la vida me trate así. Aveces me siento como un despojo, como la última de la fila, la que se lleva todas las ostias a veces sin merecerlas. Sabéis recuerdo el otro día el instante de felicidad que invadió mi cuerpo, cuando un traumatólogo por primera vez en 9 años de búsqueda de medico en medico, me dijo que mis rodillas no estaban bien. Podrían estar peor si, pero me confirmó un diagnóstico "tus rodillas tienden a salirse hacia afuera". Y yo me pregunto... En 9 años que llevo de lucha ¿no me lo podrían haber dicho antes? Solo sabían decirme que si era psicológico o que si era por el sobrepeso... Eso influye pero no es el causante en este caso.
Es como si una persona con sobrepeso va a la consulta del médico por ejemplo porque se ha roto un hueso y el médico le diga que si pierde peso se curará. Heavy ¿verdad?
No os diré adiós sino un simple hasta luego. Ya que el adiós representa el despido con posible versatilidad es decir un adiós es una despedida un hasta luego es que pronto volveremos a estar en contacto.

Hasta luego